15/9/07

DESPERTAR

¡Carajo! No voy a llegar a tiempo. Dale Fito, ¡acelerá!. Esta carcacha no pasa de 120. ¿Cómo me voy a quedar dormido? Si me desperté a tiempo. Que vago que soy, no llego ni a palos. ¿Cómo puedo ser tan imbecil? Carajo, necesito un pucho. ¿Dónde estaban mis puchos? En mi bolsillo derecho. No sale. Eso me pasa por usar jeans. Dos dedos, índice y medio, vamos, si. No viene nadie cerca. ¿y mi encendedor? en el tablero. No prende. Carajo. El encendedor del auto. Tarda demasiado. A 120 kilómetros por hora en la ruta, manejando con una mano y mirando la punta del cigarrillo. Debo ser suicida. ¡AHH! ¡Casi me salgo del camino! Tengo que prestar atención. Al menos el pucho prendió bien. ¿llegare? Creo que llego. ¿y ese de donde salio? ¡no me puedo tirar a la derecha!¿no ves que tengo un camión al lado? Imbecil. Vamos a 120 y aun así me hace señas de luces. Dale, pasá, pasá. Dale, tarado. ¡carajo! Se me cayó el pucho. Me parece que lo alcanzo.

Las imágenes que pasan ante sus ojos comienzan a perderse en una luz anaranjada que absorbe todo. Cada tanto, todo se vuelve negro, pero mantener esta apacible oscuridad le demanda demasiado esfuerzo. Ya no hay vuelta atrás, tiene que despertarse.
Poco a poco recupera la percepción de si mismo y comienza a sentir el peso de las frazadas sobre el. Podría girar y colocarse boca abajo, talvez así el sol que se cuela por la ventana ya no lo molestaría. Al hacerlo solo se aleja más del sueño. La luz es menos intensa, pero esta vez alguien más ha despertado. Los ignorantes la llaman conciencia, los psicólogos, superyo, él la ha bautizado “voz madre” pues es tan moralista y responsable como su progenitora.
Con palabras claramente audibles, pero sin tono no timbre alguno, le dice que es momento de levantarse de la cama para ir a clases. Su ello o “voz hijo” le responde que no vale la pena ya que esta demasiado cómodo así y además no esta completamente descansado.
Como toda madre que desea solo lo “mejor” para sus hijos, le insiste, recordándole que para triunfar en la vida hay que estudiar y trabajar duro. Harto de este argumento el hijo responde.
- tal vez, pero ¿Por qué hoy? Me voy a levantar, asearme, ir a clases y no voy a prestar atención por el cansancio. Luego voy a volver a casa cansado y mañana va a ser igual. Por otro lado, si hoy me quedo descansando, mañana me voy a levantar bien y me va a rendir el día.-
La madre le señala al ello que así tendría que ir a la universidad día de por medio.
- tenés que estudiar si querés alcanzar tus ambiciones. – Le señala- y no ambicionás poco. A veces hay que sacrificar la felicidad inmediata para conseguirla a largo plazo. Una mañana de descanso no vale un futuro de riquezas.-
Tras vacilar un momento se nota en el hijo cierta seguridad digna de quien esta por cantar jaque mate.
- hoy me voy a levantar y voy a ir a clases. Lo mismo haré mañana y el día siguiente y así por los próximos tres años. Al egresar seré el primero de mi clase, conseguiré un buen trabajo que me ofrezca posibilidades de ascender y ganar más dinero hasta alcanzar la fortuna a la que aspiro.- La madre calla, sabe que aun no termina. Lo conoce demasiado bien, después de todo son la misma persona. –Lamentablemente- continua –Las estadísticas señalan que hay muchas posibilidades que muera antes de alcanzar mis metas, y con eso en mente, no quiero que al morir, me pese haberme levantado temprano sin razón.-
Así volvió a dormir. 20 minutos después despertaría y saldría apurado para no llegar tarde a clases.

Te lo dije, ahora vas a 120 kilómetros por hora en la circunvalación. No vale la pena, ¿verdad? Deberías escucharme. Ahora calmate, es mejor que llegues tarde a que no llegues. Esa si es una buena idea, prendete un cigarrillo. Sos una de las personas más inteligentes del mundo. ¡cuidado! Vas a matarte. ¿es necesario que controles que este bien encendido? Sos un tarado. Usá un poco la cabeza: si a 100 km/h tardas 30 minutos en llegar, ¿a que velocidad tendrías q viajar para tardar la mitad del tiempo? Estas conciente de que no estas en una Ferrari ¿verdad? Es solo un Fiat 147. mira el retrovisor. Tranquilo, no dejes que te apure, tomate tú tiempo. Ya esta, ahí pasa. ¡calmate! Frena en la banquina y levantalo ahí. ¡mira el camino!
Tenías razón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

q genial q esta esto chabon.... muy bueno!

El Tarado dijo...

gracias chabon/a. si volves a entrar especifica tu genero.